A
veces la nostalgia toca a mi puerta y al abrir encuentro pedazos de mí y de ti
que me dicen que debería odiarte, que yo debería dejar de intentar darte
felicidad a costa de la mía, que yo debería abandonarte, que yo debería dejar
de buscarte entre la gente, que yo debería dejar de esperar más de ti, que yo
debería asumir mi realidad y dejar de fantasear cosas absurdas, que yo debería
dejar de hacerte mi razón para que el día sea lindo.
Sí
yo debí hacer muchas cosas. Y es que contigo he bajado la guardia, y es que
contigo me sentía bien, segura… querida.
Y
es que por muy poco tiempo que haya sido yo te hice espacio en mí, mis planes,
mi tiempo, mi espacio, yo sí me hice a la idea…
Duele
saber que en ti no existo yo como tú en mí, que tú sigues venerando a esas
chicas vacías y egocéntricas.
Duele
aun más saber que lo poco que quedaba de nosotros eras capaz de dejarlo caer si
yo no hubiera dicho nada para remendarlo.
Duele
saber que sigues adelante como si lo “nuestro” (amistad, hermandad, noviazgo)
no te importara, como si no hubiera significado nada…
Y
sabes, me he cansado de hablar, de ser yo la enojada, de ser yo la preocupada,
de ser yo la que llora por ti, de ser yo la que te invite a salir y al final me
salgas con que siempre no, o si aceptas hagas alusión a “yo no sé por qué
vine”.
Sobrepasaste
mi límite, lo ubiqué varios niveles más arriba, sigues aquí, intento, tú
destruyes, me lastimas, te importa poco y sigues, mientras yo me quedo
recogiendo los pedazos que tú has pisado ya bastantes veces.
Odio
saber que tú sabes qué es lo que me duele, qué es lo que me lastima y aun así
no hagas nada para cambiarlo.
Odio
que finjas no darte cuenta de lo que pasa, y aun que lo sepas no mueves un dedo
hasta que ya me ves decaída (y tengo que buscarte).
Odio
que no te afecte en lo más mínimo el daño que causas en el corazón de la
persona que más te quiere, aprecia, admira y necesita… mas te aflijas por un
simple comentario de las personas que nunca te apreciaron y solo te utilizaron,
además de tratarte como basura.
Odio
ya no poder entrar en ti.
Odio
no tener el derecho a platicar contigo como solíamos hacerlo.
Odio
que no tengas tiempo para mí.
Odio
no tener el derecho a decir cómo me siento sin que te alejes de mí.
Odio
tu inmadurez, tu baja autoestima, tu falta de seguridad, odio tu falta de
decisión.
Odio
todo con lo que te cubres solo para no mostrar tu verdadera identidad.
Odio
ya no poder confiar en ti.
Te
odio a ti y a tus excusas, tanto como a tu amnesia recurrente y tan conveniente
siempre para tu egoísmo.
Odio
tu apatía, odio tu falta de interés.
Y
más que nada odio no poder alejarme de ti.
Odio
que ni conmigo seas diferente.
Odio
tus defectos que a la vez son las virtudes que me hacen aun feliz cuando estás
conmigo.
Odio
no haber dicho “te amo” cuando aun éramos amigos.
Odio
tener que odiarte cuando es más que evidente que tengo ganas de amarte.
Violeta
Zuno Feria
15/02/2012
11:52pm
Yo odio no tener el valor de decir TE AMO.... no poder decir lo mucho que te AMO Violeta.
ResponderEliminar