Fuente de la imagen: Pierrott III by Larafaire
Podía mirar aquello que otros
simplemente ignoraban, devoraba su magín libros maravillosos; de elocuencia
bohemia y ojos vivaces así era él cuando se desprendió del último sueño colgado
en la pared con un triste alfiler, que al caer rebotó en su alma iluminado toda
la habitación. Para que después la oscuridad le consumiera a carcajadas; un
vacío intenso le estremeció el corazón y sintió en su piel la quemada de un
hielo.
Sus ojos de pronto se disolvieron
bajo el telón del último sueño, su sonrisa consumida por una macabra mueca de
dolor quedó ahí plasmada en el tintero del alma.
Como un triste despojo el muñeco
de cera al ser finalizado le robo al artista su minuto de fama; ahí parado en
aquella exposición, en aquel cuarto, el diminuto clon dejó de exhibirse y una
lágrima cayó, antes que el artista le arrancara el ojito de vidrio que le
quedaba, por último le arrojó al fuego para que tostara sus miembros.
Ahí ocupa su lugar un nuevo
esperpento, otro soñador macabro que irá a pararse en aquella sala iluminada
para convertirse luego en un despojo de cera y agua.
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