esa perfecta línea que se forma sobre tu frente
acaba reduciéndose a una irregular marca,
y silenciosamente te acercas, simulando seguir dormido.
Enarcando una ceja, abres los ojos y observas
la ansiedad de mi mirada por verte en otro amanecer.
Tu cálida sonrisa brota de tus labios tibios, dulces,
y articulan la frase más bella: "Buenos días".
Te aproximas cada vez más, ahora decidido
a pedirme recostarme en tu regazo, como la primera vez,
y así pueda, silenciosa, escuchar el ritmo de tu pulso
cuando acerco mi oído a tu pecho, agradecida.
Brillas. Luces cual radiante estrella en el firmamento;
aquella que busco con la mirada y observo cada noche.
Ensanchas más tu sonrisa que me arrebata mi aliento
y sellas mis labios en un beso junto a los tuyos.
Calma eterna es estrecharte en un abrazo la figura tuya
y acompasar nuestro respirar en uno solo, el nuestro;
esa perfecta sincronía más bella que un péndulo al oscilar
y más tranquila que aquél río que corre cuesta abajo.
No temas, pues el día apenas ha de comenzar, y con éste,
cada uno de los trucos que van en compañía de aquél.
Te disfrazas de un gris roca y yo de un azul de mar,
simulando las olas que siempre rompen al chocar sin piedad.
-WeiterDasKind
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