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Imagen: Callow Lily "Zombie Love"
 
Se rompió entonces el encanto, de aquellos cuentos de amor no conseguí absolutamente nada, seguí llenándome de vacíos constantes que vinieron a mí como maremotos, mis heridas sangrantes no soportaron mirar esa absurda realidad; mujeres fueron y vinieron pero no había una para mí.

Las películas románticas hablaban de correr tras esos sueños, las mire una y otra vez; nunca deje de ser detallista, comprensivo, poeta, soñador, encantador, caballeroso y galante; más en cambio a ellas parecían gustarles más aquellos tipos rudos, con sus motos y sus cabellos largos; esos que les daban con el látigo de su desprecio.

Se rendían a los pies de un hermoso rostro, no es que el mío fuera feo, no, para nada, sino que para ellas yo era el amigo de lo cotidiano, yo era el amor que quizá solo existía en aquellas películas, y ellas necesitaban no al amor sino a la realidad.

La realidad en el amor es algunas veces sufrir, otras llorar por aquella persona que es como una estrella que pretendes alcanzar, los psicólogos suelen explicar al amor con fases, limeranza: maldito Tennov, por qué tuvo que estudiarla, y porque tuve yo que leerle después de tanto buscar.

Necesitaba quizá explicaciones científicas que me ayudaran a descubrir más sobre el amor que me habían inventado, me di cuenta poco a poco que aquel estado de limeranza es en el que se inspiran las estúpidas películas que nos llenaban de emociones el corazón; descríbase  esa misma fase como un estado de euforia, o si se desea una enfermedad aguda que te va haciendo tonto lentamente.

“Solo puedo pensar en ti”… maldito estado de ensoñación vampírico, hipnótico y despierto; en mi mente solo estaba ella, y luego la otra y después la otra; y según Tennov seguiría mi vida probando hasta encontrar una sola que brincara de la limeranza al verdadero amor.  

Porque el enamoramiento o limeranza puede durar años, pero el verdadero amor no tiene duración indefinida, en mis observaciones con los más ancianos me di cuenta que amar significaba no idolatrar, no fantasear, sino estar presente sin ser príncipe azul; en el amor podías ser anaranjado, rojo, arcoíris; amar no era el estado de fantasía que me vendían las películas; sí, se miran bonitas, pero se trataba de ir más allá; y a eso aboque mis propios estudios, fui el conejillo de indias de mis propias investigaciones, jugué mis cartas, elaboré mis personajes, me perdí a mi mismo tratando de develar el misterio del amor que me inventaron.

Otros lo habían hecho ya, decían: después de tres años el enamoramiento: desaparece del todo, se consolida y no alucina; se alucina con la misma u otra persona; o transmuta y se vuelve amor, se vuelve compromiso.

El problema no era ese saben, el problema era en definitiva que ellas no creían en la limeranza, en la alucinación del amor y por ende no podían traspasar aquella barrera superficial de enamoramiento y trasladarse al amor.

 Claro que a todas les gustaban las películas románticas y deseaban tener el ¡diario de una pasión en sus vidas!, vivir como la protagonista, con besos y abrazos; sin preocuparse del dinero, de comer, en fin de lo cotidiano.

Sin embargo tratar de ser alguien que no eres tiene un costo muy alto, el mío, fue el de encontrar simplemente el vacío, uno largo y cansado. 

A veces quisiera regresar el tiempo a donde eras la princesa de aquellos sueños que siento no consigo alcanzar, a veces siento que el amor es un simple espejismo que no deja cada día de ser el tesoro que cambiaron mis ancestros; un objeto brillante que no vale y no se detiene sino que se hunde día con día, que se desgasta y se queja; es como una pequeña planta que se marchita, pues ya no tiene a la persona que conoció, pues las personas cambian, se transforman.

Aunque ellas/ellos no lo noten se van alejando de lo que eran, dejan de hacer lo que les gustaba o simplemente buscan cosas nuevas, no les interesa lo estable; pero lo estable no es estar, sino ser diferente en una cotidianidad y abrazarla día con día; y a veces aunque seas distinto de nada sirve, nada es infinito, todo es efímero, tú , yo, el mismo amor… tiende a terminarse, a cansarse, a transformarse a buscar algo más, algo que no te llena de esa persona “estable”, porque quizá sientes que ya no te mira, que no te mima, que no te abraza como antes; y tal vez tú sigues siendo la misma persona, detallista, comprensivo, cariñoso; pero ya no basta.

Tal vez tú mismo te transformaste, dejaste de ser quien eras y ellas/ellos quieren esos detalles, esa llama, una sorpresa, porque así es el amor que inventaron en las películas, porque nunca sabes que pasa después y crees en ese lema de “vivieron felices por siempre”; pero para siempre sigue siendo demasiado tiempo y un tiempo que no existe.   

Y así en todas las historias, de pronto sus palabras son transformadas por un tono que conozco desde tiempo, es el sonido de la costumbre, de lo tradicional, del fastidio; y no importa que haga yo no puedo escapar ya de ese lugar, quizá solo yo sigo siendo el mismo, el tonto que busca el sueño.

Siempre he visto a las personas como los seres que no son, les he adherido características que no les corresponden, que no les existen, es un gran error en el amor, debes mirarlas sin el aire que mueve sus cabellos, sin el brillo de sus ojos, sin la melodía de sus sonrisas y poner atención a los defectos que son parte esencial de las personas y los que difícilmente cambian.

En conclusión me han llenado la cabeza de esas limeranzas, de esas rudas y cursis asperezas que van desgastando mi alma.

Yo no se qué es el amor, solo sé que me inventaron uno de acuerdo a lo que todos desean tener, sueñan o quieren ser, yo he traspasado ya la costumbre, he dejado mi ser vencido en soledad, muriendo de tristeza por lo que ya no puede dar; porque ya todo lo ha dado, en él ya nada queda, quizá solo el vacío de mí; mis grandes demonios y mis tristezas.

El amor que me inventaron es un trago amargo porque no corresponde a la realidad (al menos no a mi realidad), algún día conseguiré inventarme un amor propio, un amor donde la barca de los sueños la lleven dos, donde existan reconciliaciones eternas y me enamore del propio amor que se me perdió, algún día conseguiré enamorarme del amor, no del que me inventaron sino del que es en verdad, aunque pese a todo aún no puedo explicar, ni qué es, ni cómo hacer que permanezca a mi lado, sin que lo cotidiano le marchite.

¿A ti que clase de amor te inventaron?

¿Cuántas veces has llorado y luego has encontrado algo mejor?

¿Cómo es el amor que te inventaron o te inventaste?

Si has encontrado el amor, bébetelo, disfrútalo, si este se aleja guárdale cariño, llórale y déjale ir ; seguro más adelante le vas a encontrar (no a una persona, sino al amor); si jamás le has conocido ya llegará el momento de que le conozcas.  

La vida no se termina cuando existe una ruptura, de eso estoy seguro; y cada día que pasamos en la tierra perdemos algo o a alguien, existe solo la muerte que no puede traspasar ninguna barrera, por eso seguiré buscando esa estrella.

Pero igual si deseas no me hagas caso, no me leas, yo solo conozco a ese amor que me inventaron.
VASHDARYAN

2 comentarios:

  1. "donde existan reconciliaciones eternas y me enamore del propio amor que se me perdió"
    ¡wow! Iba a decir algo pero me quedé sin palabras, Literalmente.

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  2. me inventaron la tristeza y me rompieron mi corazon :( la kulpa la tiene disney y playboy

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