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Sintiendo el dulce sabor de tus labios rozando los
míos, el sentimiento inunda los sentidos, embriagando todo pensamiento
encontrado al momento. Tu aroma impregnándose en mi piel; la maravilla de
contemplar tus ojos, sintiéndose hasta lo más profundo de mi alma.
Cambias mi ser, lo manejas a placer; si mi propia
vida valiera por sí sola, insignificante a comparación de la razón que ahora le
das.
Mientras mi existencia remota nos lleva a senderos
sin saber su destino, nuestras almas se van vistiendo de gala, como si
estuviesen esperando la hora en que seamos uno solo.
Nadie se imagina lo que hemos llegado a ser: Seres
perfectos llenos de alegría por haber conseguido ser uno solo. Inundándonos de
pasión desmedida, porque ahora, tú y yo, sabemos que ninguna fuerza nos podrá
decir que somos distintos.
Si tan solo el mundo supiera lo que soy capaz de
hacer por ti, que la vida se me escapa en cada momento que no estoy junto a ti.
Mi absoluta resolución se ha vuelto cenizas desde el momento en que tu mirada
se cruzó con la mía, dejándome sin razones para protegerme, pues en ti encontré
más que una simple excusa en la cual posar todos mis temores y fracasos.
Y de nuevo me encuentro aquí, esperando el momento
de tu regreso, el momento en que nuestras miradas vuelvan a ser una sola;
cuando con un beso se firmen infinitos pactos donde sólo ambos sepamos el
verdadero significado que eso conlleva: Unir dos almas en donde no quepan
prejuicios y pasados oscuros; en donde todo se vuelva uno solo y el mundo una
nada; que no hayan falsedades, cuentos de hadas dibujados por poetas, ni
palabras jamás pronunciadas en solo líneas de novela.
Donde los suspiros sean besos frustrados y las lágrimas
la lluvia del alma; que la Luna sea nuestra diosa y el Sol nuestro guía; la
estrella nuestro hogar y el universo todo el camino que juntos recorreremos.
Eso es lo que siento. Todo en compacto, reunido en un instante del roce de
nuestras manos. Eso es lo que pienso cuando millones de sentimientos se
transmiten en un intercambio infinito de palabras no dichas, de susurros
inaudibles, de caricias vanas.
Cuando las palabras son inservibles y nuestros
roces los cientos de significados que se obtienen de un previo juramento;
cuando el viento silba una melodía sólo para ambos; cuando las copas de los
árboles se arremolinan bailando un vals sin fin con el viento, haciendo compás
de su canto y las hojas se liberan disfrutando el éxtasis; cuando a diestra y siniestra
las sombras de la noche nos cubren con su manto eterno y nos muestran el camino
aún no recorrido. Es en ese momento, en ese absurdo e inagotable momento,
cuando el lazo es halado por nuestras almas, pidiendo una eterna unión con la
que, ambos, nos transformaremos en un solo ser, una sola alma, una sola vida,
un solo sueño jamás soñado que se hace realidad.
Isabel N. Osnaya
Mas que hermoso!!!! <3
ResponderEliminarAnonimamente: gabo. Muy bonito tu escrito, asi como muchos otros!!! :D