Prólogo
Existe un mundo donde sus habitantes duermen en casas hechas
de adobe, piedra y madera de encino, solo los mejores carpinteros o artilleros
con más experiencia saben que la mejor madera es la del pino que se consigue en
las altas montañas, con gran resistencia a la lluvia y viento para dormir con
tranquilidad con sus familias. No obstante nunca fue tranquilidad lo que estas
familias vivían en el oscurantismo que hace cien años acabo; pocas personas
tenían una vivienda apropiada, guerra tras guerra los hombres de cada morada
morían a manos de incontables enemigos, se seguía creyendo en Dioses que pedían
sacrificios y gran cantidad de sangre de bellas y jóvenes mujeres aún vírgenes
sin esperanza de conocer el amor. Sobre todo lo que más dejo marcado la Edad
Media en los humanos eran aquellos temibles monstruos de los abismos que
acechaban en la oscuridad en los momentos de más intenso temor de la mente.
Se dice que los dioses crearon a cinco temibles criaturas
para mantener a los humanos y bestias bajo su control; uno de ellos era el
Leviatán y el Kraken los cuales habitaban en los oscuros mares y océanos
fingiendo ser islas tropicales con abundante vegetación, agua cristalina que
brotaba de manantiales y por su gran tamaño fuera de la superficie marina
parecen inofensivas, y una vez que los ingenuos marinos quedaran al alcance de
estas criaturas desaparecían en el
fondo. El siguiente era un temible y gigantesco dragón oscuro que vuela por los
cielos pensando en donde aterrizar para quemar ciudades enteras y después comer
las cenizas restantes que quedaran, su hogar son los volcanes de grandes
temperaturas donde pueden calcinar sin dificultad a sus presas y fundir el oro
que tanto anhelan los dragones. Por último se engendró una gran serpiente
emparentada con las aves llamado Emphitere, capaz de devorar a cinco humanos a
la vez, con la capacidad de volar y desparecer sin dejar rastro. Estas cuatro
criaturas por un largo tiempo sirvieron a los dioses; pero hartos de no obtener
nada a cambio intentaron oponerse y por ello se creó a “Medusa”; la única
criatura capaz de petrificar a cualquier ser vivo de este planeta.
Sin embargo aquellos vanidosos y mezquinos dioses no tomaron
que en cuenta que entre los humanos existían héroes que entre más fortaleza
espiritual conseguían al acabar con criaturas abismales fueron capaces de
degollar a Medusa. Por lo tanto las tan amadas y odiadas deidades cayeron por
su propio peso, se dejó de creer en ellos y las criaturas que sometían a los
humanos se escondieron en sus tenebrosas guaridas esperando el iluso que
llegara hasta ellos.
Hace cien años que todo eso paso y el retraso tecnológico y
filosófico de esa época terminó y ahora la humanidad sigue avanzando en las
bellas artes, la astronomía, las artes marciales, la filosofía y las
matemáticas, nada podría salir mal; y las pocas criaturas que siguen amenazando
los pequeños pueblos son destruidas por valerosos caballeros, en especial
“Eremita”.
Eremita es una joven cuyo padre fue uno de los guerreros que
degolló a Medusa, aunque nunca tuvo tiempo para ella, la descuido demasiado,
pareciendo que nunca tuvo padres ya que su madre murió por a ver desafiado a
los dioses. Nunca tuvo una vida fácil, siempre lucho por ser la más fuerte
entre todos sus compañeros, siempre tomando duros entrenamientos, las más
peligrosas misiones, competía por ganar la mejor recompensa y construirse una
vida, lo admirable de ella era su gran resistencia, perseverancia e
inteligencia, cada vez que regresaba era más fuerte, sabía y casi sin ningún
rasguño, se volvió muy popular entre las personas. Empero ella es el tipo de
personas que no apreciaba la compañía humana, siempre se preguntaba por qué la
personas la amaban sin saber lo duro que fue llegar hasta ahí, le molestaba la
hipocresía y la falsa admiración de muchos de sus camaradas todo esto terminó
por amargando su alma. La única persona que estuvo con ella fue la guerrera
hasta ahora conocida como la más débil pero inteligente “Cyritu”, siempre pasa desapercibida
por los enemigos y las personas, cualidad que siempre le da el gane.
LA ENCARNACIÓN DE MEDUSA
PARTE I
LOS OJOS DE BASILISCO
Se ha rumorado que la prisión que custodia a los más
peligrosos criminales “La Gran Arce” fue
liberado el villano Ae-stroitel´ un científico brujo que ha hecho experimentos
con animales y humanos. No fue liberado legalmente, alguien se infiltró y logro
escaparse con él.
Cyritu se encuentra con otros ocho hermanos guerreros en una
taberna viendo el periódico (recién invento de aquella época la imprenta, ‘el
avance es notable ’). Elbraf un soldado robusto de gran paciencia no podía
creer que la más vigilada y aparentemente impenetrable fortaleza La Gran Arce fuera
corrompida por un simple hombre – ¡Debí estar ahí!, para atrapar a esos
canallas – mencionó realmente enfurecido – Cincuenta de los mejores hombres
de La Gran Arce no pudieron someterlos
que te hace creer que tú habrías podido haber hecho algo – en tono burlón le
replicó su compañero Reymel un joven de veintitrés años practicante de magia,
una energía aún desconocida para los expertos de esa época –¿ te atreves a
desafiar mi fuerza? – Oprimiendo sus puños contra la mesa, - ¡Cálmense! No
quiero problemas con una de las últimas tabernas en la que somos aceptados –
Celeste con buen humor apaciguó las tormentosas nubes de ira de ambos
muchachos, la mujer de treinta años es una hábil artillera que se preocupa por
permanecer joven. Pronto unas blancas y suaves manos de una doncella toma el
periódico, se trata de Derima una de las arqueras más rápidas y certeras del
Reino de Cimifilan, aunque use lentes es muy observadora y se percata de algo
curioso en la noticia – ¡Al parecer!
También se robó algunos documentos, se tratan de algunos reportes sobre
las aún existentes criaturas abismales, contienen número, características,
lugar de ubicación y puntos débiles – al parecer la noticia la mataba de
curiosidad, se notaba su ansiedad al golpeteando su dedo en su plato
consecutivamente como si lanzara flechas – algo me intriga sobre todo esto,
¿Por qué alguien robaría esos reportes? – El armero y escudero Gallet se quedó
pensando, algo lo ponía nervioso – ¡No es obvio! Se cuenta que esas criaturas
siempre esconden tesoros en sus
guaridas, eso lo hizo por interés – Exclamo el arrogante soldado Fabián, corpulento
y siempre orgulloso de mostrar su cicatriz en la espalda como evidencia de su
gran hazaña de matar a un dragón de Plata, un dragón ya muy viejo parte de la
historia que nunca cuenta – Pero… ¿Para qué entonces liberar a Ae-stroitel´?,
no me lo explico – tomando un pequeño sorbo a su cerveza preguntó nervioso el
médico del grupo Ophecius un veterano, un hombre que ha visto muchas muertes
heridas y guerras en su corta vida de treinta cuatro años; el más viejo del
grupo - ¡Saben qué! La única persona que conozco que es capaz de escabullirse
de ese modo es Cyritu, me cuesta creer que hay alguien mejor – Menciono Rilphus
para romper la tensión, es el menor de todos con apenas dieciocho años de edad
– Tienes razón Rilphus, con el hecho de que pueda derrotar a cincuenta hombres
es demasiado para mí – Cyritu sonrió discretamente al responderle al pequeño
guerrero de espada y escudo.
No pasaron ni un minuto cuando un mensajero llego para
darles noticias del Gobernador que
necesitaba de su auxilio. Recorrieron varias manzanas hasta llegar al palacio
del Gobernador, la mayor parte de la estructura es de mármol y es de las
primeras construcciones en las que se aplicó el hierro como nuevo elemento de
construcción para lograr más altura y demostrar el status y poderío del reino.
Reluciente el palacio con decoraciones de plata oro y bronce en los rosetales,
agujas, columnas de estilo Corintio y arcos ojivales con grandes y
resplandecientes vitrales de cientos de colores, admirable para apreciar la
arquitectura tanto que podrías tardar días en descifrar cada funcionalidad de
los elementos y no se diga de las numerosas obras de arte de los más
reconocidos artistas contemporáneos.
A los guerreros no les interesa tanto los palacios de alta
calidad arquitectónica, su gente necesitan ayuda y más las que se encuentran a
las fueras de las murallas, si todos podrían tener un palacio como esos no
habría tanta desigualdad. En aquel palacio gigantesco viven solo las familias
más nobles; incluyendo a las familias de los guerreros de la antigua era que
dieron su vida al enfrentarse a las cinco temibles criaturas.
Una vez dentro y enfrente del gobernador; una persona gentil
y temerosa por su alma, siempre pide ayuda a estos jóvenes guerreros para que vayan al auxilio de la gente que
necesita protección de bandidos y bestias míticas. Ahora se trataba de una
aldea en los límites del Reino había sido masacrada por un basilisco.
¿Qué es un basilisco? – preguntó Rilphus
levantando su poblada ceja. Tenía razón para preguntar tal cosa, no ha vivido
lo suficiente para saber lo que se enfrentara en un futuro muy cercano.
Un basilisco es un dragón que
nació de un huevo podrido de una gallina, empollado por un sapo, con una mirada
petrificante, aliento pútrido de plumas brillantes con rasgos de ave y reptil –
Celeste explicó con gran misticismo.
En resumen es una gallina con
rasgos de dragón y su mirada proyecta una ilusión paralizadora – Derima fue más
precisa al explicarle al pequeño Rilphus, con lo único que tener cuidado… la “mirada”.
Hay algo más en que tener en
cuenta – Ophecius mencionó mirando hacia todos lados – esa cosa cambia de forma
– tragando saliva y limpiando sus labios con la lengua cada vez que hablaba de
la bestia – no siempre uno puede averiguar si tiene uno enfrente a esa criatura
de la muerte.
¡Oh! ¡Por favor!, dejen de hablar
de cosas tan horribles – el gobernador interrumpió la conversación con una voz
afeminada y suave– tendrán más tiempo de
explicar esas cosas durante su trayecto a la aldea, ¡No quiero fallas! –
agitando su mano frente a ellos.
Partieron a enfrentar su destino en aquella aldea olvidada
por Dios. Un viaje de un día con suficientes provisiones para cruzar el bosque
que separa al Reino de la aldea; dentro del bosque se apreciaba hongos gigantes
(obra hecha por hadas), música melodiosa que se escucha a lo lejos, tocada por
sátiros y faunos para cortejar a las ninfas, luces doradas que brillan en la
oscuridad de la noche provocada por los cuernos de los unicornios, es todo un
cofre de carismáticas sorpresas aquel
lugar.
Una vez al final del camino, se hallaba el pueblo con unos
cuantos hogares quemados, pareciera que fue saqueada por una horda de
centauros, la pobre comunidad corroída por saliva que acelera la descomposición
de los cadáveres y para acabar el humo creaba una atmosfera llena de muerte y
putrefacción; uno podría saber fácilmente que el mal acechaba y era obra de
aquel animal. Elbraf fue el primero en desvainar su gran espada de hierro,
ahora es obsoleta con la nueva tecnología de hoy en día en espadas, pero él la
conserva como una reliquia, todos se armaron rápidamente para cazar a la
bestia.
¡Esperen! – Reymel exclamo hacia todos los
demás – esperen a que disperse un poco la energía oscura que nos rodea –
ciertamente el ambiente era pesado tanto que se podía sentir un gran peso sobre
los hombros de los presentes, en cuestión de segundos saco su báculo y de la
piedra azul surgió una luz que empezó aclarar la vista.
Todos estaban atentos de ver algo sospechoso, incluso el más
ligero y pequeño movimiento entre los escombros era signo de la ubicación de la
presa, los tentáculos de luz del báculo de Reymel se movían en armonía hacia
una sola dirección, mostrando el camino, Reymel encabezaba al grupo ya que era
el único que no sería afectado por la vista del basilisco. No tardó mucho en
que unos de los tentáculos de luz apresaran algo, en efecto parecía que habían
atrapado lo que parecía la cola, la luz quemaba al animal haciéndolo gemir como
una anciana, rápidamente Derima lanzó una flecha enterrándose en la piel,
seguido de lo sucedido Celeste dispara con su gran pistola pero falla, dejo un
gran agujero en la madera de una posada aquel disparo debió pertenecer al
animal que escapó lo suficientemente rápido.
Te vi algo lenta Celeste – Derima presumió
que ella logro lastimarlo.
¡Sigue cantando victoria!, esto no acaba
hasta que logremos capturarlo – sostuvo su orgullo como artillera – además te lo deje a ti, estas armas no
siempre son precisas como tu arco – Celeste sabía que había reaccionado muy
lento.
¡Más vale salir de aquí! – Cyritu advirtió
al grupo – esa cosa puede cambiar de forma, somos blanco fácil dentro de su
hogar – siempre actuando elocuentemente.
¡Ella tiene razón! – Mencionó con gran
seriedad Ophecius – hay que sacarlo de su escondite, aquí tiene la ventaja,
propongo que Reymel junto con Elbraf y Gallet lo encuentren y lo obliguen a
salir, mientras Derima y Celeste lo esperan afuera para contratacarlo
manteniendo el ataque siempre a distancia.
¿Y nosotros qué? – Con gran inconformidad
preguntó Fabián – ¿Nos quedamos sentados a beber té? – intentando desafiar al
más grande que él solo por cuatro años.
¡Tú vendrás conmigo!, cubriremos al grupo
de Reymel por la derecha y ¡Tú Cyritu! junto con Rilphus cubrirán por el lado
izquierdo, ¡Quiero que lo cuides muy bien! Es el más joven de nosotros –
poniendo toda su confianza en la chica delgada con la gran coraza como
armadura.
¡Puedes confiar en que lo cuidare muy bien! –
haciendo reverencia a su sabio maestro.
Anduvieron durante quince minutos inmiscuyendo en el
escondite del basilisco, avanzando sigilosamente el grupo de Reymel, tuvo razón
en agruparlos a ellos tres; son los más pacientes y prudentes en actuar durante
una batalla, si ellos actúan así obligaran a los otros estar atentos en
cualquier cosa que pase inadvertida.
Fabián no le gustaba mucho este estilo de combatir, él
prefiere luchar al instante, gritar con todas sus fuerzas, “es un bruto” así lo describe Ophecius; lucha sin pensar, nunca planea una estrategia
siempre actúa sin razonar. En unos momentos Fabián escucha algo por detrás de
las casas y va a investigar, su compañero intento detenerlo hasta que le
avisara a Elbraf y los demás, no pudo hacer nada así que fue tras él, siempre
marcando su distancia a diez pasos.
Por otro lado se encuentra Rilphus practicando unos movimientos
con su espada, Cyritu mira sus elegantes movimientos, su cabello corto se mueve con la brisa de la espada del
muchacho, ella lo interrumpe diciéndole que debe prestar atención a su entorno
y ahí es donde surge la pregunta de Rilphus - ¿Por qué algunas de las casas están
quemadas? – Cyritu se puso en cuclillas tomando un poco de ceniza con su dedo
índice – Estas casas tienen una chimenea muy rudimentaria, cuando sus
habitantes fueron asesinados por la criatura, no hubo nadie quien cuidara el
fuego, así empezó el incendio – Rilphus quedo sorprendido por la sabiduría de
su compañera, ella solo le aclaró que es la experiencia en años de tomar misiones
anormales, el joven se quedó pensando en ¿Qué quiso de decir con anormales?
Derima y Celeste sentadas en un tronco observando todas las
posibles entradas, quejándose de su puesto Derima uno de los más aburridos que
le pudo haber tocado, Celeste por otro lado le decía que es más excitante, uno
nunca sabe cuándo aparecerá el basilisco y solo ellas se llevaran el crédito de
haberla matado con una bala y una flecha, la satisfacción de tener otra medalla
por haber aniquilado otro monstruo. Derima se percata que Fabián está cerca de
salir de las calles del pueblo y por arriba suyo se ve un cuerpo moviéndose, su
mirada de terror con tan solo pensar en que su compañero sería asesinado.
¡Oye!, Celeste – sin perder de vista a la
entidad.
¡Sí!, Yo también lo veo, hay que acercarnos
lentamente, a esta distancia no podremos acertar el blanco – las dos mujeres
avanzaban con lentitud sin que se percatara la bestia.
El imprudente de Fabián observo como sus camaradas se
acercaban apuntando hacia arriba, por curiosidad intento ver por arriba del
techo y para sacar al animal le aventó una roca y gritó – ¡Ven por mí!, ¡Inmundo
animal! – el trozo de piedra goleó en la cabeza, haciéndolo enfadar.
¡Ese imbécil! – Exclamó Celeste – Hay que darnos
prisa o lo matara
Los otros escucharon el grito de guerra y corrieron hasta el
lugar. La bestia descendió del techo con su gran envergadura de hasta siete
metros, de punta a punta estaba llena de plumas de azul y verde turquesa, todo
el cuello desnudo con grandes y grotescos granos como el de un guajolote, en su
cara no se distinguía si era reptil o ave con garras de hasta cinco centímetros,
la cola llena de escamas y por algunas partes del cuerpo emergían púas, el
aroma era azufre. El guerrero levanto su espada en posición de halcón; la
bestia era inteligente, dio un gran bramido que asemejaba al quejido de veinte
ancianos y el eco de una mujer pariendo; en los oídos de Fabián se quedó
encerrado aquel desgarrador sonido dejándolo confundido a merced de la bestia.
Mirada con mirada justo en frente, la ilusión comenzó a trabajar; el hombre vio
la peor guerra frente a sus ojos, mujeres y niños gritando, llorando
desgarradoramente por los cuerpos de sus padres mutilados, en el ambiente se
respiraba el hedor de la sangre, todo ardía en llamas y él se encontraba atado
de cabeza en lo alto en una prisión, el verdugo soltando la cuerda, esta corría
por la polea hasta que su cara se estrellara con el suelo… la ilusión se volvía
a repetir una y otra vez.
Con tan solo siete segundos el cuerpo del soldado quedó
inmovilizado, la mirada perdida, los labios secos, la piel erizada, eran signos
de que su mente luchaba con la maldición, literalmente estaba hecho una estatua
viva de carne y hueso. Derima no dudo en lanzar tres flechas al mismo tiempo;
pero habían acertado en las alas, basilisco empezó a trabajar con la mujer de
lentes, Derima alcanzó cubrir sus ojos tres segundos después, sin embargo parte
del ataque la dejo con gran dolor de cabeza.
Por otro lado rápidamente Celeste divisó el basilisco y sin
pensarlo disparó una gran red de metal dejando a la bestia al ras del suelo. Al
mismo tiempo Ophecius aparto a Fabián y a Derima fuera de peligro dando
medicinas raras que antes del viaje había preparado. Cuando llegaron los dos
grupos el basilisco sintió la amenaza cerca y se transforma es varias
serpientes que se escabullen por los orificios de la red.
Una vez pasado el peligro, Fabián ya no estaba petrificado
pero quedó dormido, Derima se le paso el dolor de cabeza, Ophecius con los
demás ideaban un plan para sacar a la bestia, mientras Cyritu miraba al camino
por donde provinieron; Elbraf le preguntó que miraba, ella solo señalo a una
persona, todos se sorprendieron que al persona que se avecinaba fue Eremita.
Todos la recibieron con su debido respeto y preguntaron porque se encontraba
por estos rumbos y ella respondió:
Me dieron a avisar que estarían enfrentando
a un basilisco y pensé que tendrían algunos problemas y vine a ayudar – con un
poco de frialdad y amabilidad dio respuesta – me da gusto verte Cyritu –
sonriendo alegremente.
Igual me da mucho gusto Eremita, no creí
verte tan pronto – se sentía una gran confianza entre ellas, al parecer compartían
muchos recuerdos.
Veo que Fabián sigue siendo igual de
imprudente que antes, menos mal Ophecius está aquí – Eremita revisaba a su
compañero y en unos cuantos minutos vasto para que le explicaran la situación –
no se preocupen tengo una idea para atrapar a la criatura.
Y así pusieron en marcha su plan, Gallet se encontraba con
un gran escudo caminando entre las calles y diez pasos atrás por encima de los
techos estaban a la derecha Cyritu y Elbraf, a la izquierda se encontraba
Rilphus y Celeste, atrás de Gallet aproximadamente a ocho pasos Eremita, a
quince pasos Derima y escondido entre callejones Ophecius, no había rastro de
Reymel.
Gallet golpeo el escudo haciendo ruido, el basilisco se aproximó
con gran velocidad hacia el escudero mordiendo la gigantesca defensa, la presión
fue realmente poderosa que empezaba a agrietar el escudo; la situación estaba
bajo control cuando Elbraf y Cyritu arrojaron una red de metal con varios
contrapesos en todo el contorno y así mismo Rilphus y Celeste hicieron lo
mismo, Reymel que permaneció invisible segó a la bestia y esta misma se levantó
alzando los grandes contrapesos, Ophecius agarro a sus dos amigos y corrieron a
un lugar seguro, Derima lanzaba flechas ardiendo en fuego, pero la bestia apagaba el fuego con una saliva espesa. Todos
se empezaron a preocupar, volteando a ver a Eremita cuyo puesto estaba
abandonado, fueron demasiado lentos al percatarse que la gran guerrera salto
desde lo alto con una espada delgada
realmente afilada con la cual le arrebato la vida atravesándolo de lado
a lado, la conexión entre el cuello y el torso. Así muere basilisco “el pequeño rey” bestia
que asesino a más de treinta un personas de la aldea Rémelas; Eremita menciono
las palabras anteriores.
Los diez guerreros regresaron, Eremita partió a la taberna,
pero el grupo de amigos fueron a dar las noticias al gobernador, le entregaron
el cuerpo del dragón para ser estudiado por los médicos y recibieron la
recompensa merecida en dinero, comida y vestimenta. Cyritu se quedó más tiempo
con el gobernador, le pregunto si él fue quien le notificó a Eremita que fueron
a batallar contra un basilisco lo cual respondió el gobernador:
¡No! Por supuesto que no, a nadie más le
avise sobre la misión – alegó el burócrata.
¡Muchas gracias señor gobernador! – Cyritu se
retiró con una gran pregunta en mente.
Al día siguiente por la mañana por eso de las ocho horas se
les notificó al grupo de Cyritu que la morgue fue saqueada, lo único que se
robaron fueron los ojos del basilisco, había gran confusión con todas las
autoridades del Reino de Cimifilan, quien quería los ojos de tal criatura
mítica, como misión se le ordeno al grupo que investigaran y siguieran al
ladrón, quedando Ophecius a cargo de toda decisión.
wuuo !!! jejeje supper geniial (~._.)~ ya kiiero leer la otra parte
ResponderEliminarjejeje y sii es qe ya esta la buscare me gustto muchO gabbuu ^.^
Holaa, Gracias por tu comentario, el crédito es de Cuautémoc :D
ResponderEliminarEsta historia no es mía. ¡Gracias por comentar!
jajajajaja
Eliminar<.<
>.>
por eso deciia qe a Cuautémoc lle qeddo biien paddre la hiistoriia, sigue escribiiendo compañero ^.^